Por qué postergamos y cómo evitarlo

Postergar como estilo de vida.

Para poder hablar sobre la postergación primero hay que definirla. Todos la conocemos, pero no siempre somos conscientes de los motivos de fondo.

Postergar significa aplazar o diferir la realización de una actividad o el cumplimiento de una obligación para más adelante. Es una acción común cuando una persona decide no llevar a cabo algo inmediatamente y, en su lugar, lo deja para un momento futuro. Esto puede deberse a diferentes razones, como falta de tiempo, definir otras prioridades, o incluso procrastinación.

Pero, ¿Porque postergamos?

Las razones pueden ser muy variadas, hoy hablaremos de las que consideramos más relevantes.

  1. Esfuerzo. Antes de que tu seas consciente de que te va a costar algo, tu cerebro ya lo sabe y comienza a mandar señales para que no lo hagas. Recuerda, a tu cerebro no le importa que seas feliz, su misión es que gastes la menor energía posible en todo lo que hagas, a menos que esto conlleve una recompensa.
  2. Falta de confianza en nosotros mismos. No hemos aprendido a desarrollar una mentalidad de total determinación, que una vez que hemos decidido algo, vayamos por ello hasta alcanzarlo.
  3. Temor al fracaso o al éxito. El fracaso está muy relacionado a lo que piensen los demás de mí y con el miedo al rechazo; mientras que el temor al éxito, tiene que ver con la incertidumbre de poder mantener los logros obtenidos. El miedo no es malo en sí mismo, pues nos advierte de posibles peligros y nos prepara para afrontarlos, se convierte en algo negativo cuando nos paraliza, evitando que tomemos decisiones y/o acciones.
  4. Parálisis por el análisis. Pienso tanto en los pros y contras que termino sin tomar acciones. Sobrepensar es común cuando nos encontramos en situaciones complicadas o que demandan una decisión asertiva, la cantidad de herramientas y opciones cuasi infinitas que tenemos hoy a nuestro alcance son impresionantes, pero la decisión de emplearlos siempre es tuya, si te tomas un momento para profundizar en los riesgos y beneficios de manera consciente, será más efectivo que hacer una larga lista de pros y contras.
  5. Distracciones. Esta parte la puedes llenar tú, es importante conocernos, incluso eso, la falta de autoconocimiento nos distrae, dado que no llegamos a definir el ambiente propicio o los argumentos necesarios para tomar una decisión, es posible que exista una enorme cantidad de distracciones alrededor, alegremente puedo decir que yo conozco las distracciones a las que soy más susceptible.

Ciclo de acumulación de pendientes

Ahora todo lo contrario ¿Qué pasa, si no estamos postergando, pero creemos que sí lo estamos haciendo? «Todo tiene su tiempo debajo del sol”, dijo Salomón.

A veces visualizamos algo para llevar a cabo, tenemos el deseo de hacer algo o cambiar algo, emprender, lo que sea, pero como todavía no ha llegado el momento para hacerlo, creemos que estamos procrastinando y no es así.

Nos metemos inadvertidamente en la autopista del fracaso llenos de culpa, nos castigamos, etc. Cuando en realidad lo que pasó es que no hicimos la lectura apropiada, no estuvimos en sintonía con nuestra voz interior y nos confundimos.

Metáfora: todos tenemos un Google maps interior, nos guía y nos orienta sobre las señales que debemos seguir, una especie de sexto sentido. Tristemente, aunque todos lo tenemos, no siempre prestamos atención a esas señales.

El medio (amigos, familiares, redes sociales), nos hacen pensar que el único éxito reconocible es aquel tipo Hollywood, entonces medimos lo que somos por lo que tenemos, no por lo que valemos y demeritamos nuestros propios logros, así como los progresos que sí conseguimos; toda esa vorágine nos confunde por completo, y no podemos escuchar los gritos de nuestra alma, diciéndonos:

«estás desconectado de tu esencia, de tu pasión y propósito”.

¿Qué podemos hacer para identificar cuando estamos postergando algo en realidad o si vamos en el camino correcto? 

La respuesta es a la vez simple y compleja. Neurocientíficos y profesionales de la salud como psicólogos y psiquiatras la abordan con cada vez mayor frecuencia y es con justa razón, “bajar el ritmo”. Parar, observar, contemplar y escuchar, nos reconecta con nuestros motivos interiores, aquellas emociones y anhelos que nos mueven y nos apasionan y que nos mantienen motivados para seguir adelante con nuestros proyectos.

Parar de modo reflexivo, observar si lo que estás haciendo hoy te llevará donde quieres estar mañana.

Escuchar tu intuición, escuchar a tu ser interior.

La buena noticia es: “todo es entrenable”. Dejar de postergar, tomar decisiones asertivas y mantener la motivación interna es una habilidad, y como todas ellas, se fortalece con la práctica.

“Dar el primer paso no te va a llevar a donde quieres llegar, pero si te sacará de donde estás” Anónimo.


Como he dicho antes, soy bastante bueno, pero sé que puedo ser mucho mejor. Solo necesito derrotar a mi propio sabotaje. Y a mis demonios.

Robin Sharma – El Club de las 5 de la mañana



Te deseamos un excelente día, nos leemos en una siguiente entrega del Brunch de Gestión.

Recibe un gran abrazo.

Luis Contreras y Patricia Lucio

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